lunes, 12 de octubre de 2015

Una comunidad de aprendizaje sostenible: Universidad del Medio Ambiente

El camino de trerraceria llegó a su fin, el estacionamiento, también de tierra, era pequeño comparado con el algún otro lugar con mediano flujo de gente. Camine hacia un pequeño puente de madera que pasaba sobre un arroyo, y frente a mi un letrero: UMA, Universidad del Medio Ambiente. Seguí avanzando, hierbas y plantas de muchos tipos crecían alrededor de un pequeño sendero de piedra, y por un costado un camino de agua que parecía provenir de alguna parte cercana.


Seguí avanzando, después de subir unas escaleras (también de piedra), el panorama se abrió ante mi. Una calzada que llevaba a un edificio de madera y tierra, el cual se divisaba a lo lejos. El techo, con tierra, permitía el crecimiento de hierbas y pastos locales. Alrededor del camino se erigían arboles de muchos tipos: de café, naranjas, y de más, todos bastante jóvenes aun. Al llegar al edificio entre por un costado para descubrir un patio central, de alguna manera el corazón de la construcción. 


La Universidad del Medio Ambiente se encuentra dentro del municipio de Valle de Bravo, en una pequeña comunidad llamada San Mateo Acatitlán. El campus actual fue inaugurado a finales de 2014, y se utilizó por primera vez en Enero del 2015. El edificio, ideado principalmente por el arquitecto Oscar Hagerman, en realidad se creó en base un complejo pero muy integral sistema de trabajo, llamado codiseño. Es complicado tener el numero exacto de personas que contribuyeron al diseño y construcción de este complejo, pero lo que si es seguro, es que el resultado fue una edificación de la más sincera y pura. 

El proceso de diseño del edificio es interesante, ya que uno de las principales herramientas que la universidad utiliza es el trabajo de codiseño o diseño colaborativo  y de igual manera se les dan estos utensilios a los a los estudiantes para poder desarrollar proyectos más inclusivos, íntegros y que sobre respondan a situaciones socioambientales. 

Seria muy largo hablar del trabajo radical que ha hecho esta Universidad, si están interesados, pueden visitar el hermoso campus, el cual esta construida solo la primera etapa, que ya de por si es bella. 


La UMA, es un ejemplo de una comunidad que cree en México, que a pesar de todo, nuestro país puede llegar a ser un lugar mejor, y que mientras más personas se unan a esto, si se puede.

lunes, 15 de junio de 2015

Algunos paraisos secretos de la Huasteca Potosina

Era un fin de semana largo, en alguna revista encontramos información sobre un lugar escondido y que no estaba muy lejos de la ciudad de Monterrey. Decidimos tomar camino hacia el estado de San Luis Potosi. Después de algunas horas y haber salido de la carretera para tomar un camino sinuoso y algo tétrico, por fin llegamos a nuestro destino principal, El Naranjo. 

La población del Naranjo es pequeña, pero cuenta con los servicios básicos. Desgraciadamente, por la inseguridad que ha demostrado ser un problema grave en nuestro país, existía algo de miedo en el momento en que llegamos a nuestro destino. Sin embargo, los lugareños nos trataron como en casa y eso ayudó a que nos relajáramos y nos dejáramos llevar por las maravillas con las que nos encontraríamos a continuación. 


Por el pueblo pasa un río llamado "El Naranjo", lugar donde los habitantes disfrutan del agua dulce y pasan su tiempo bañandose o simplemente contemplando el cuerpo de agua. Cerca de ahí, a unos kilómetros se encuentra la Cascada El Meco, un lugar encantador donde puedes observar la cascada desde el punto de caída. A un costado de la cascada existe un hotel boutique llamado "Huasteca Secreta", lugar que acapara las vistas principales. Una característica de los ríos de San Luis Potosí, es su color turquesa. Debido al tipo de tierra, el agua parece traída del caribe. 


Nuestro siguiente destino fue visitar la Cascada de Minas Viejas, sin duda el lugar más paradisiaco de nuestro viaje. La caída de agua estaba rodeada de vegetación y el color azul del agua resaltaba de tal manera que predominaba sobre el verde de los árboles. El lugar era majestuoso, hubo en mi una sensación de paz, alegría y emoción al descubrir estos espacios tan espectaculares que la naturaleza nos brinda. Creo que todos los que vimos tal escena sentimos algo similar. Después de echarnos un chapuzón y de contemplar tal regalo de la madre naturaleza regresamos al El Naranjo. 

El turquesa del agua llena del color el paisaje de la Cascada de Minas Viejas

Al siguiente día visitamos las Cascadas de Micos, otro lugar encantador. El conjunto de cascadas con caídas escalonadas están divididas por pozas, ideales para los visitantes.

Anteriormente había visitado otros sitios como la Cascada de Tamul o el Sótano de las Golondrinas, sin embargo el encanto de estos lugares que menciono es su secreto, pocos saben de ellos, pero están ahí, esperando a que algún curioso los descubra y se maraville de estos pequeños paraísos terrenales.